Radio Universidad Rosario - 13/06/2016

Foto: InfoJus Noticias

Por Alejandro Arnoletti

La Justicia catamarqueña revirtió el fallo judicial que condenaba el accionar militar en la Masacre de Capilla del Rosario y retoma la "teoría de los excesos".

Una luz de alarma se encendió en organismos de derechos humanos, abogados y fiscales. Un fallo judicial revirtió condenas a prisión perpetua y le quitó la calificación de “lesa humanidad” por haber acontecido en democracia. Esta decisión judicial es la primera de este tipo durante el Gobierno de Mauricio Macri y se suma a otras decisiones políticas que van en el mismo sentido.

Los jueces Eduardo Riggi y Liliana Catucci determinaron que la Masacre de Capilla del Rosario, ocurrida en Catamarca en 1974, fue un “exceso” en la forma de reprimir de las organizaciones armadas. En 2013 el Tribunal Oral Federal de esa provincia condenó a tres militares a cadena perpetua por el fusilamiento de 14 militantes del PRT-ERP que venían de fracasar de un operativo, considerando que las víctimas fueron “fusiladas” y convalidando los relatos de testigos.

Para el cambio de sentencia, se descartó la voz de los testigos por ser integrantes de “una facción” o “compinches” con las víctimas. Además se soslayó que las víctimas ya se habían rendido y no poseían armas al momento del ataque. Por otra parte, se analizó la época y concluyeron que en 1974 no había un plan sistemático de las fuerzas armadas, sin tener en cuenta fallos previos de Casación como las causas como Operativo Independencia, CNU y Triple A, previos a marzo de 1976. Según la revisión, el fallo del Tribunal había tenido una lectura “antojadiza” y “subjetiva” del contexto “ubicando para esa fecha la existencia de un plan sistemático de persecución y aniquilamiento de un sector de la población civil, que en realidad no se encuentra acreditado por ningún medio de prueba, o directamente no existía, si por lo demás se repara en que para ese entonces estaba debidamente instalado un gobierno constitucional elegido por más del 60 por ciento de los votos del padrón electoral”.

En comunicación con el portal de Radio UNR, la directora del Museo de la Memoria de Rosario, Lic. Viviana Nardoni, analizó: “Hay ciertos sectores de la Justicia que se sienten avalados por políticas nacionales que propician el olvido y por la insistente presión de sectores de la derecha; ente ellos podemos mencionar a las fuerzas armadas, la Iglesia o sectores de la política”. Para ella estos grupos buscan “terminar con los juicios y que los genocidas condenados sean retornados a sus domicilios por excusas como que son ancianos o están enfermos”. En ese sentido no dudó en calificarlo como “uno de los más grandes retrocesos en estos años de democracia argentina”.

Este fallo de la Justicia catamarqueña va en sintonía con otras decisiones propiciadas por el Ejecutivo. Allí aparece el cierre del Grupo Especializado de Asistencia Judicial (CEAJ), creado para colaborar con la extracción de muestras de ADN por vía judicial. Este organismo permitía el desarrollo del trabajo de las Abuelas de Plaza de Mayo. “Ésa es una política pública del olvido”, manifestó Nardoni, Licenciada en Historia por la Universidad Nacional de Rosario.

Asimismo, se encuadra también en un mismo orden con la disposición de Mauricio Macri de otorgar mayor autonomía a las Fuerzas Armadas. Al respecto la directora del Museo de la Memoria sentenció: “Que tengan autonomía nuevamente es una política que refuerza el poder de las Fuerzas Armadas en detrimento del poder de la soberanía popular”.

Otra medida controvertida fue la adoptada por la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, conducida por Claudio Avruj, en la que se presentó una nueva edición del libro “Nunca Más” que abona a la “Teoría de los dos demonios”. Esta nueva presentación retoma la original, de 1985, eliminando el prólogo rescrito en 2006. “El prólogo de la edición Sábato es avalado por la derecha del radicalismo, que permitió que se expresara en términos de ni vencedores ni vencidos. Durante las políticas públicas de la última década se revisó ese prólogo y se incorporó otro dando por tierra lógicamente con la “teoría de los dos demonios”, afirmó Nardoni. “No hubo errores ni excesos; hubo un genocidio en Argentina”, resaltó la directora del Museo de la Memoria.

“El hecho de que ahora sí hayan vuelto a la ‘teoría de los dos demonios’ está encadenada con las otras decisiones”, aseguró y agregó: “Son políticas del olvido, de una supuesta reconciliación que nunca podría ocurrir porque supuestamente la concepción del cristianismo implica que hay un pedido de perdón ante los asesinatos cometidos que no se verifican ni se verificarán”. En efecto “seguimos proponiendo a la Justicia como único medio de reconocimiento de la verdad y para aportar a la historia”, concluyó.

La Lic. Viviana Nardoni fue secuestrada en Rosario en calle Zeballos, entre Dorrego y Moreno, el 3 de julio de 1977 junto a su marido Luis Megías. Fueron llevados a La Calamita y sufrieron torturas. Con 21 años estuvieron quince días desaparecidos en el Centro Clandestino de Detención, fueron trasladados al Servicio de Informaciones y luego a dos cárceles. Ella estuvo presa en Devoto hasta diciembre de 1978 y él en Coronda, hasta abril de 1979.

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