Guatemala: una disculpa que tardó 57 años

Tuvieron que pasar 57 años, el desgarre de una larga guerra civil, las dificultades de la pacificación y la reconciliación y una larga disputa legal para que Guatemala diera el paso que dará este 20 de octubre.

Jacobo Árbenz murió en el exilio en 1971 (Archivo Familia Árbenz)

BBC Mundo Digital - 20/10/2011

Ese día el gobierno que dirige el presidente Álvaro Colom pedirá oficialmente perdón a la familia de Jacobo Árbenz Guzmán, el mandatario que fue derrocado en 1954 en un golpe de Estado, que se convertiría en uno de los momentos clave de la Guerra Fría en América latina, cuando Estados Unidos intentaba contener lo que percibía como la "amenaza del comunismo soviético" en el continente.

El gesto es parte del acuerdo al que llegó el gobierno guatemalteco con la familia Árbenz en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en mayo pasado, y en el cual el Estado reconoció que incumplió su obligación de proteger los derechos humanos de los miembros de esa familia.

Y aunque es una disculpa privada para la familia, algunos piensan que será un símbolo en el proceso de reconciliación del país centroamericano, que todavía se ve afectado por los efectos residuales de la violencia política que tuvo su génesis en el derrocamiento de Árbenz.

CIA y bananos

Jacobo Árbenz Vilanova, uno de los hijos del depuesto presidente, tenía siete años cuando su padre se vio forzado a renunciar a la presidencia de Guatemala. La familia perdió sus propiedades y comenzó un exilio por varios países. Hoy, a los 64 años, aseguró en entrevista a BBC Mundo que lleva buena parte de su carrera como político tratando de que se reconozca el legado de su padre y luchando "por Guatemala, por la justicia y por la historia".

Esa historia se refiere, en particular, al gobierno de su padre, que intentó poner en marcha dos propuestas que en su momento fueron consideradas, tanto por críticos y simpatizantes por igual como revolucionarias: la nacionalización de las riquezas guatemaltecas y una reforma agraria. Pero como queda evidenciado en documentos desclasificados por el gobierno estadounidense en la década de los noventa, las medidas no cayeron bien en Washington, donde se empezaba a sospechar que Árbenz tenía inclinaciones comunistas. Tampoco fueron del agrado de empresas como la United Fruit Company, que vio cómo sus miles de hectáreas y su monopolio comercial bananero podrían estar en peligro. 

En junio de 1954, en un plan que contó con la participación de la agencia de inteligencia estadounidense, CIA, Jacobo Árbenz fue reemplazado a la fuerza por el militar Carlos Castillo Armas, quien rápidamente puso fin a los proyectos de su antecesor y puso en práctica un estilo de gobierno más afín a Washington.

"Punto culminante de la Guerra Fría"

Con el beneficio de la visión retrospectiva, a cinco décadas de aquellos eventos, parece claro que la caída de Árbenz fue mucho más que uno de los tantos golpes de Estado que ocurrieron en la región.  "Fue uno de los puntos culminantes de la Guerra Fría en América latina", dijo a BBC Mundo Arturo Taracena, quien trabajó en la Comisión de Esclarecimiento Histórico de Guatemala.  "Fue la primera intervención que Estados Unidos organizó en América latina sin una participación directa de sus fuerzas, sino por medio de un ejército mercenario".

Además marcó el comienzo de un largo y sangriento conflicto en Guatemala, como sostiene Nick Cullather, autor de Secret History: The CIA's Classified Account of its Operations in Guatemala, 1952-1954, un recuento de las actividades de la oficina de inteligencia en el país centroamericano. "EE.UU. reemplazó un gobierno democrático relativamente popular con un dictador muy impopular (...) Eso desencadenó una ola masiva de represión".

Aunque la guerra civil no empezaría oficialmente hasta 1960, muchos consideran que la génesis de la violencia política guatemalteca está en la abrupta interrupción del mandato de Árbenz.  "Sin duda desencadenó toda una serie de eventos que llevaron a crear una sociedad violenta en Guatemala y que todavía continúa hoy en día... ", aseguró Cullather.

Perdón y reconciliación

Claudia Árbenz, la hija de Árbenz Vilanova y nieta del depuesto presidente, afirma que la casa de su abuela y que hoy es la de su padre parece un "museo santuario" dedicado a la figura del expresidente.  "Hay una bandera gigante, hay recortes de la época, cartas de la gente, hay pinturas, hay condecoraciones, hay más de 1.500 fotos", describió a BBC Mundo. Ese inventario aumentará cuando se le añada el documento oficial donde queda consignada la disculpa del Estado.

En 1999 el entonces presidente de EE.UU., Bill Clinton, lamentó la indebida injerencia de la Casa Blanca en el proceso político guatemalteco, pero muchos esperan que se produzca una disculpa oficial de Washington ante los guatemaltecos. Los documentos que han logrado ser desclasificados mediante la Ley de Libertad de Información han dejado en evidencia la participación de EE.UU. en el golpe de Árbenz y en más de tres décadas y media de guerra civil.

Pero más allá de una pieza adicional para la colección familiar, el documento que recibirán los Árbenz es también un símbolo de perdón y reconciliación para Guatemala.

Ruth del Valle Cobar, la directora de la oficina presidencial de Guatemala, encargada de los derechos humanos (Copredeh) y representante del gobierno en el acuerdo con los Árbenz, resalta que el acuerdo beneficia a toda la sociedad. "El resarcimiento es útil para la familia, pero también para las otras víctimas de violaciones a los derechos humanos y la sociedad en general. Es un reconocimiento de lo que ha pasado en el país y de la necesidad de que haya una garantía de no repetición".

Por eso, además del acto oficial, los libros escolares de texto serán revisados para incluir el legado de Árbenz, se bautizará con su nombre una de las principales carreteras del país y que él mismo mandó construir y se emitirá una serie de sellos postales con su imagen. También se reescribirá su biografía, se hará una exposición fotográfica en su honor y se crearán cursos para sensibilizar a la burocracia sobre las necesidades de campesinos e indígenas.

Jacobo Árbenz hijo califica el gesto como "necesario para Guatemala". Su hija Claudia cita a su abuelo: "Como él dijo en su discurso de renuncia, 'la posterioridad nos hará justicia'".

Las culpas de la United Fruit Company

La United Fruit Company (UFC) controlaba tierras, telecomunicaciones y hasta el puerto en Guatemala, pero sintió su poder amenazado cuando Jacobo Árbenz propuso una reforma agraria.

Según historiadores, la compañía jugó un papel relevante en la caída del mandatario, en especial por la presencia de los hermanos John Foster y Allen Dulles, altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos y con intereses en la bananera. Sin embargo, Nick Cullather recomienda ser cauteloso sobre la influencia de la UFC.

"Por supuesto, la CIA diseñó el golpe de Estado, pero los historiadores no están de acuerdo hasta qué punto la CIA actuó por la seguridad nacional o por las corporaciones estadounidenses".  "Yo creo que cuando la operación se llevó a cabo no se hizo porque EE.UU. estuviera preocupada por bananos, sino por la Unión Soviética".

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