Insoportablemente muerto: ¿a Ismael Sosa lo mató la policía?

Cosecha Roja - 02/02/15

Ismael Sosa

Julia Muriel Dominzain – Cosecha Roja.-

- Por el mismo camino que viniste, te vas.

Así le respondieron en la comisaría a Victoria, la novia de Ismael Sosa, cuando fue a denunciar que no lo encontraba por ningún lado. El joven tenía 24 años y vivía en Merlo, Provincia de Buenos Aires. El sábado 24 de enero viajaron juntos al recital de La Renga en Villa Rumipal (Córdoba) y se perdieron mientras hacían la cola. Cinco días más tarde apareció el cuerpo flotando en el embalse de Río Tercero, a 500 metros de la costa. La familia sospecha de la policía: ¿otro Walter Bulacio? “Sabemos que él no se tiró al agua, hay muchos testigos”, dijo a Cosecha Roja Lucía, la hermana.

“Creemos que no pasó el primer control policial de ingreso, que ahí fue golpeado y que luego transitó solo, pidió ayuda en un par de lugares manifestando que le habían pegado. Después no se sabe nada más”, dijo aCosecha Roja Juan Borghi, el abogado de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de Río Tercero que defiende a la familia. Esa es la hipótesis de la defensa pero la etapa de investigación, a cargo del fiscal Alejandro Carballo, recién comienza.

El cuerpo apareció en un estado avanzado de descomposición el lunes. Estaba en al agua, a 500 metros de la costa del Club Náutico Caza y Pesca de Hernando. La autopsia se postergó porque la querella pidió poner un perito de control pero será clave saber si presenta signos de violencia, si murió ahogado o lo tiraron al agua muerto y cuánto tiempo pasó desde que falleció. Borghi espera que la pericia se haga esta semana.

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Ismael es el quinto de ocho hermanos y tenía siete sobrinos. Era fanático de La Renga y viajaba a todas partes donde tocaran. También le gustaba La 25, Viejas Locas y Barrios Bajos. Además de trabajar en una bicicletería, ayudaba a Nancy -su mamá- en un pequeño kiosco de golosinas que abrió hace poco, en el barrio Libertad.

El recital de La Renga en Villa Rumipal comenzaba a las 21. Desde temprano llegaron los fanáticos en autos, micros y a pie. La policía había cortado la circulación: a tres cuadras a la redonda del predio ya había controles de seguridad. “Había un ambiente muy tenso y con una presencia policial que nunca había visto”, dijo a Cosecha Roja Marina Losada, integrante de la Campaña Nacional Contra la Violencia Institucional.

Ismael y su novia habían comprado un paquete de ida y vuelta en colectivo. El joven dejó en el asiento la mochila, el celular y los anteojos, agarró el documento y la billetera y fue a hacer la cola. Pero Victoria lo perdió entre la multitud y lo buscó por todos lados. Incluso le pidió a un desconocido que la llevara en moto a comisarías y hospitales.

 

Durante cinco días la familia lo siguió buscando y publicó en las redes sociales la foto. Recibieron muchos testimonios: “Todos coinciden: dicen que la policía le pegó a mucha gente. Incluso alguien nos contó que vio cómo le pateaban la cabeza y lo subían a un patrullero”, dijo la hermana. Nancy, la mamá posteó en el muro de Facebook: “Tenemos testigos y gente que va a declarar de todos los puntos del país, que vieron cómo actuó la policía con la gente que fue al recital: no nos van a callar”. El abogado dijo que propondrán al fiscal los testimonios que consideren relevantes.

Al principio la investigación estuvo a cargo de la fiscal Andrea Heredia Hidalgo -por la feria judicial-. Antes de irse, dispuso el secreto de sumario y allanó la comisaría de Villa Rumipal, responsable del operativo en el recital.

En Córdoba la policía tiene una profunda crisis política y el Código de Faltas es el comodín que le permite detener gente sin motivo. “Eso les da impunidad: por el sólo hecho de estar merodeando te pueden llevar. Nosotros pedimos que se modifique la norma porque los pibes de clases populares pierden trabajos y oportunidades”, dijo Losada. La historia se repite: en 2014 hubo al menos 8 casos de gatillo fácil

Hoy amigos, familiares e integrantes de la Campaña Contra la Violencia Institucional marcharon en Buenos Aires (Obelisco) y Córdoba (Patio Olmos) para exigir que se sepa qué pasó. Y Nancy escribió en el muro: “Aquí estoy, destrozada, llena de dolor, pero de pie para luchar de fiera a bestia a mi hijo Ismael. Me alcanza y me sobra valentía y fuerza para entrar en la jungla, no sólo por mi hijo sino por todos esos ismaeles a los que la policía quiere silenciar”.

 

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